Nos rodean los prejuicios, los propios son los más inútiles, ya que por ellos perdemos nuevas oportunidades y acontecimientos que podrían dar felicidad a nuestra vida.
Estamos escuchando constantemente las voces introyectadas de Mamá, Papá, el Sistema, los Mayores, la Autoridad o la Tradición.
Pero ¿Qué hay de lo que realmente nos apetece hacer y sobre todo “ser”?
No juzgar es complicado, yo hace tiempo que intento no hacerlo ya que cada uno tiene sus motivos y su propia forma de ver la vida.
Pero si realmente quieres conocerte un poco mejor y saber que es lo que realmente quieres o eres, toma distancia.
Obsérvalo todo con nuevos ojos, no ya desde nuestros pensamientos de siempre, sino como alguien que te observa desde afuera, viendo cada movimiento y cada pensamiento.
Intenta probar cosas nuevas, cosas que te apetecen mucho pero que por culpa de esas voces internas no te has atrevido a hacer. Puede que te guste o puede que no, lo que si es verdad es que es mejor que nunca atreverte.
La vida está para vivirla intensamente y disfrutarla. Más vale hacer las cosas cuando se pueden, nunca sabemos que pasará.
“Los prejuicios son la razón de los tontos”. Voltaire.