continuamente. El sufrimiento es inevitable, forma parte de nuestro ciclo
vital, pero también es el goce, la satisfacción, los momentos de gloria y
felicidad. Y todos sabemos de la importancia de poder contar con esas personas
que nos acompañan en nuestro viaje, que nos apoyan, nos animan y nos ayudan a
levantarnos cuando más lo necesitamos. Nuestra familia, nuestros amigos, las personas que entran en esta vida con un mensaje para nosotros. Tomar un café, dar un paseo, hablar con ellos cuando estamos tristes o cansados espiritualmente, nos vuelve a dar un soplo de aire fresco y un sentido a nuestra existencia.
